Se trata de la percepción de mensajes de los cuales no se es consciente. Muchos estudios demuestran que si se nos expone a estímulos o mensajes de tan corta duración que no los podemos captar conscientemente, éstos pueden afectar nuestros pensamientos o emociones.
[El primer estudio y ensayo práctico que se conoce sobre la influencia de mensajes subliminales en nuestro cerebro se remonta a 1957. En aquel año, durante la proyección de la película Picnic, se incluyeron mensajes subliminales en la pantalla a 1/3.000 segundos, con frases tipo: "¿Tienes hambre? Come palomitas" y "Bebe Coca-cola". ¿El resultado? La venta de palomitas aumentó un 58% y la de Coca-cola un 18%. Pero si a un mensaje subliminal le sumamos otro ingrediente tan -o más- cautivador como es el sexo, la mezcla resulta explosiva. Por lo menos, en eso confían los responsables de películas y anuncios que utilizan esta "mezcla". ]
Los estímulos que recibe el organismo tienen intensidades diferentes; unos superan los niveles que los seres humanos podemos captar y otros se quedan por debajo. El umbral mínimo se define como la más pequeña cantidad de energía capaz de producir una sensación.
Un estímulo que llega al organismo y cuya intensidad no produce una sensación está, entonces, por debajo del umbral mínimo. A este fenómeno se le llama estimulación subliminal, percepción subliminal o sencillamente publicidad subliminal. Esto significa que la persona no puede percibir ese estímulo.
Los efectos de estímulos subliminales que se emplean en publicidad son numerosos. Los anuncios que utilizan en mayor medida estos estímulos son los de bebidas alcohólica y tabaco. Los estímulos más usuales consisten en palabras o dibujos que aluden a asuntos sexuales o de muerte normalmente escondidos en el anuncio. Los mensajes subliminales de contenido sexual acostumbran incluir órganos sexuales y circunstancias prohibidas como la infidelidad y la promiscuidad. Los estímulos relacionados con la muerte suelen ser mascaras, espectros, fantasmas o cabezas degolladas y miembros amputados. La explicación que los psicoanalistas suelen dar ante la utilización de estos estímulos es que el alcohólico o el fumador, bebe o fuma como efecto de frustraciones o fracasos no superados, buscando acelerar su autodestrucción.
La publicidad subliminal se ha utilizado en infinidad de aplicaciones mas allá de la publicidad. En cine, publicidad política, para evitar robos en supermercados, en radio, prensa y mensajes subliminales terapéuticos, etc…
La manera de colocar los diferentes productos en los estantes de los supermercados es clave a la hora de que el consumidor los compre o no. Quizás por eso, los fabricantes de Pepsi hicieron un modelo de lata que, aunque aparentemente está adornado con líneas aleatorias, esconde otras intenciones.
Lo que se ilustra en las latas de Pepsi es un típico mensaje subliminal.Las líneas rojas y azules simulan ser luces de neón sobre un fondo negro. Observe y analice si es cierto o no que las líneas azules en la lata superior forman una letra "S", las rojas del medio una "E" y cómo en la lata inferior ambas líneas se cruzan para formar la "X". Dicho de otra manera, la palabra S-E-X está |
En términos generales la percepción subliminal (PS) ocurre por debajo del umbral de la conciencia, es decir que el individuo está captando en el subconsciente mensajes u objetos que no puede identificar inmediatamente, pero que ante un estímulo determinados puede recurrir a los objetos vistos u oídos a trabes de mensajes subliminales.
Un mensaje subliminal es un estímulo que ha sido diseñado para programar la mente humana a través de la percepción no conciente.
La mente humana se divide básicamente en dos partes o niveles: conciencia y subconsciencia. El consciente está integrado por procesos mentales cuya presencia advertimos. Es capaz de analizar, criticar, modificar, aceptar y/o rechazar las propuestas que recibe desde afuera. La subconsciencia en cambio está constituida por un conjunto dinámica de deseos, sentimientos e impulsos fuera del campo de nuestra percepción consciente, se le puede comparar con un gran banco de memoria que almacena, por períodos variables, la mayor parte de la información que recibimos.
La llamada publicidad subliminal lo que busca es llegar a ese subconsciente para programarlo a través de estímulos que apelan al sexo y a la muerte por el impacto emocional que estos provocan. También utilizan complementos, o sea, estímulos que no apelan ni a la muerte ni a lo sexual pero que responden a los intereses de quienes están manipulando con fines comerciales el mecanismo más íntimo, profundo y complicado del sistema nervioso humano.
A muchas personas se les hace difícil aceptar la posibilidad de ser manipulados por el subconsciente precisamente por que estímulo no se ve. Lo que pasa es que si el estímulo se ve, deja de ser subliminal. Ahí ya estaríamos hablando de esta otra publicidad que apela al consciente por medio del gusto sexual. Los ejemplos sobran: mujeres semidesnudas ofreciendo con sensualidad una bebida alcohólica, jóvenes que se besa con pasión luego de haberse lavado la boca, mujeres que alcanzan experiencias totalmente orgásmicas mientras se lavan el pelo con "x" shampoo.
Este tipo de publicidad esta dirigida a la mente consciente, usted la ve y si no le agrada la puede rechazar. En cambio, la publicidad subliminal apunta sus cañones al subconsciente. Por eso no se ve, porque es una trampa mental y el éxito de cualquier trampa, no importa el modelo, radica en su capacidad de pasar inadvertida por la presa.
Los mensajes subliminales no sólo son visuales en muchas ocasiones, también utilizan sonidos que aparentemente no son escuchados, pero que sí llegan al subconsciente. Así, numerosas tiendas y grandes almacenes de EE.UU. emplean este tipo de mensajes que, escondidos en la música ambiental, introducen frases del tipo "No robes" o "Si robas, irás a la cárcel".
En el cine también es frecuente este tipo de manipulación y, cómo no, casi siempre relacionada con el sexo. Sin ir más lejos, en la película Hércules nos encontramos una escena en la que un montón de chicas se abalanzan enfervorecidas sobre héroe. Entre el griterío, se puede apreciar perfectamente una voz femenina que exclama: "¿Fóllame!". Para el Álvaro Luengo, el objetivo es sencillo: que los adultos acudan con sus hijos a ver películas infantiles y salgan satisfechos.
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